A diferencia de las prótesis fijas, en este caso se trata de prótesis dentales que sí se pueden retirar y poner de manera más sencilla, de modo que el propio paciente puede extraerlas para las tareas de higiene dental o para dormir, y ponerlas de nuevo después.
Como es obvio, el rendimiento de las prótesis removibles no es tan excepcional como el de las fijas, pero a día de hoy siguen siendo una buena opción para determinados pacientes. Por lo general, estas prótesis se colocan en personas de edad avanzada que no pueden someterse a tratamientos más invasivos.
Podemos encontrar dos grandes grupos de prótesis dentales removibles, dependiendo del material con el que se realicen. Por un lado, están las metálicas y, por otro lado, las acrílicas o de resina. Estas últimas sólo se utilizan habitualmente como prótesis provisionales mientras se realizan las definitivas.
Además, en función del tratamiento a realizar, encontramos dos tipos de prótesis removibles: